EL PROBLEMA DEL EQUILIBRIO

Fisiócratas, clásicos y marginalistas comparten los tres momentos de la economía liberal que condujeron a un racionalismo cada vez más exigente. En lo sucesivo, la ciencia económica se torna parecida a la física. Para muchos autores, las leyes que gobiernan a ambas son sumamente rigurosas. En particular, tanto en economía como en física, el enunciado "la reacción es igual a la acción" plantea el problema del equilibrio.
De este modo, según la perspectiva liberal, si un país importa más de lo que exporta debe, para pagar el saldo deudor de sus intercambios, desprenderse de una parte de las reservas de oro que respaldan su moneda

. Ai hallarse ésta menos respaldada, experimenta una desvalorización en el mercado de cambios {en comparación con las demás monedas). El país posee una moneda más débil, por lo que sus exportaciones deben aumentar y sus importaciones disminuir: los términos de intercambio se invierten. Los productos de este país son menos deseados en el extranjero y los importados gozan de más aprecio en el país (porque hay menos moneda extranjera para establecer la paridad con su unidad monetaria). El saldo del comercio exterior se vuelve acreedor, lo que se traduce en una entrada de oro y, en consecuencia, en un aumento del valor de su moneda en el mercado de cambios, ya que entraña una nueva disminución de las importaciones, etc.
Esta confianza de los economistas liberales en el orden natural, en el cual precio» mercado y competencia participan en los movimientos permanentes de búsqueda del equilibrio, se opone a la concepción marxista. Según ios economistas adscritos a ésta, la dispersión de las decisiones y las elecciones sólo puede conducir al desequilibrio y a la crisis: un racionalismo voluntario debería apartar a la economía de las decisiones privadas y sustituirla por la planiflceáón del mercado: Dos racionalismos se enfrentan: el de los liberales, basado en la microeconomfa, es decir, en el comportamiento de los individuos; y el de los marxistes, basado en la macroeconomfa, que toma en consideración ios grupos o las cantidades globales.
Este antagonismo adquiere una significación peculiar a principios del siglo xx, sobre todo en el período de entreguerras, cuando la sociedad capitalista más avanzada —Estados Unidos atraviesa la gran depresión de los años treinta. A partir de entonces, parece que la economía liberal está lejos de semejarse a un mecanismo de relojería regido por un juego de péndulos.

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