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ALIANZAS ESTRATÉGICAS
Nombre dado a los acuerdos de cooperación interempresarial que han proliferado en el mundo occidental, sobre todo en los Estados Unidos de América, a partir de comienzos de la década de 1980. Las alianzas o acuerdos de cooperación entre las empresas tienen lejanos antecedentes históricos; su frecuencia se acrecienta durante la segunda mitad del siglo xix y las primeras décadas del siglo xx y, en general, después de la Segunda Guerra Mundial. Estas alianzas toman formas muy diversas, que pueden ir desde las cooperaciones de hecho, breves e informales, hasta joint ventures, uniones temporales, sociedades de empresas o agrupaciones de interés económico , pasando por una serie de acuerdos (verbales o escritos, secretos o públicos) y otras fórmulas de colaboración interempresarial.
El calificativo de estratégicas acota, sin embargo, la amplitud del tipo de alianzas. Por estrategia hay que entender los objetivos fundamentales, generalmente a largo plazo, que la empresa ambiciona y las políticas que pone en práctica y las decisiones concretas que toma para alcanzarlos. Una alianza estratégica es el tipo de alianza que elige un determinado grupo de empresas por entender que de esa manera pueden alcanzar determinados objetivos, considerados como estratégicos y compartidos por todas ellas en mayor o menor medida, con mayor facilidad. El calificativo de estratégicas sugiere que este tipo de alianzas tienen ab initio una mayor relevancia y son de duración más prolongada, aunque no siempre en la práctica las cosas se manifiesten de esta manera.
Con las alianzas la cooperación sustituye a la competencia entre las empresas, aunque menos que con las fusiones y las absorciones, dependiendo ello en todo caso del tipo de alianza y de la figura jurídica utilizada, en su caso, para darle cobertura legal. Los motivos que están detrás de una alianza de esta naturaleza pueden ser múltiples. Uno de los más frecuentes y antiguos es el consistente en cartelizar la producción de un determinado sector o industria.
Grandes proyectos que requieren la inversión de ingentes cantidades de recursos financieros, la utilización de tecnologías complejas y que comportan, gene-ilmente, un elevado riesgo suelen ser ometidos por un grupo (alianza) de npresas, con el objeto de reducir el sfuerzo y el riesgo de cada empresa a niveles aceptables. Pero las alianzas no son sólo resultado de una elemental razón de prudencia para dosificar el sacrificio y el riesgo que cada uno de sus miembros o aliados han de soportar. En el mundo moderno surgen continuamente nuevos proyectos cuya envergadura y complejidad requiere necesariamente la colaboración de múltiples empresas, al objeto de que cada una de ellas realice aquella parte del proyecto o simplemente algunas de las complejas y numerosas tareas que su ejecución comporta para las que está mejor dotada o más capacitada. Proyectos en los que en muchas ocasiones no sólo participan empresas mercantiles, sino también universidades, instituciones públicas y privadas sin ánimo de lucro, asociaciones de proveedores y posibles usuarios, etcétera.
Muchos de estos grandes proyectos son encargados directamente o mediante algún procedimiento de licitación por algún Estado nacional o un conjunto de Estados, aunque pueden serlo también por instituciones privadas (lucrativas o no) en virtud generalmente de alguna concesión administrativa de la que son beneficiarías, o por cualesquiera otros motivos. Cuando se trata además de proyectos cuya ejecución requiere un prolongado período de tiempo, si no indispensable parece cuando menos conveniente que entre las empresas que colaboran, al menos las que desempeñan un papel más relevante, esa colaboración se institucionalice. Las alianzas son acuerdos organizativos y toda organización comporta determinados vínculos sociales, derechos y obligaciones recíprocos, una autoridad administrativa que la represente y la gestione y unos recursos económicos de propiedad común o compartida.
Muchas de las alianzas estratégicas formadas por las grandes empresas occidentales (generalmente multinacionales), sobre todo en los Estados Unidos de América a partir de 1980, han tomado la forma de joint ventures (empresas mixtas o conjuntas) y han sido creadas para superar las barreras arancelarias de terceros países, buscar el apoyo de los socios locales y los gobiernos de los respectivos países, abrir nuevos mercados con los menores riesgos posibles, etcétera. Esta figura asociativa constituyó una fórmula eficaz para canalizar la inversión extranjera de los países más desarrollados hacia los restantes, sobre todo hacia los países comunistas y ex comunistas, en los que generalmente se exige que la participación del capital extranjero en estas empresas mixtas se mantenga por debajo del 50 por 100.
Para todos estos países y otros muchos en vías de desarrollo este tipo de alianzas o fórmula de colaboración interempresarial a nivel internacional tiene, por lo regular, un gran atractivo. No sólo es una manera de atraer el capital extranjero, sino que además llegan con él las más modernas tecnologías productivas y del tratamiento de la información, capacidad empresarial, nuevas técnicas de management en general y de marketing en particular.
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