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TRANSFERENCIAS SOCIALES
Al finalizar los años 40, el salario, en un número cada vez mayor de países, comenzó a adoptar nuevas formas. Se diversificó al considerar elementos que no provenían de criterios profesionales. El salario dejó de ser, sencillamente, la contrapartida del aporte productivo realizado por el trabajador. Dos tipos de compensación se añadieron al orden familiar y al orden social. Estos créditos de los que el trabajador se beneficia en la sociedad, independientemente de su capacidad profesional, se denominan transferencias sociales. Los ingresos de transferencia lograron corregir las desigualdades que originaba la vida económica , garantizando una protección mínima. En materia familiar, el principio de transferencia se basa en la refutación de la desigualdad de las cargas existentes, por ejemplo, entre una persona soltera y una familia numerosa. El instrumento de corrección elegido está formado (en casi todos los países europeos y en algunos subdesarrollados) por las cajas de asignaciones familiares, que fueron concebidas según un sistema de compensación interempresarial (si estas asignaciones hubiesen dependido directamente de los hombres de empresa, éstos habrían estado tentados de contratar únicamente a personas sin fuertes cargas familiares).
La contribución de las empresas varía según los países. Las sumas descargadas (administradas por las instituciones paritarias: las cajas) permiten financiar las prestaciones familiares: asignaciones, salario único, maternidad, subsidios prenatales y para vivienda, etc.
Las prestaciones sociales equivalen al segundo eje importante de la política de transferencias. Intentan proteger a los individuos contra los riesgos destructivos. Son de
dos tipos. Pueden originarse directamente en el trabajo (accidentes laborales, paro forzoso, enfermedades profesionales) o estar relacionadas con la naturaleza humana (enfermedad, vejez, muerte). En las sociedades estrictamente liberales, estos riesgos deben ser objeto de una asunción de responsabilidad personal y conducen al individuo previsor a contratar un seguro privado. Pero la desigualdad de las situaciones económicas, la lentitud de las cotizaciones y la débil capacidad contribuyente de la gran masa han conducido a la institucionalización de los seguros sociales (generalmente bajo la presión de las organizaciones de asalariados), que actualmente forma la seguridad social.
5 Este sistema ha progresado rápidamente a partir de 1945. Al principio, gracias al estimulo sindical y a la acción de hombres como el inglés William Beveridge, padre de la seguridad social de su país (presentado durante mucho tiempo como modelo de protección social completa). En sentido inverso al de las asignaciones familiares (en las que, por lo general, el patrón sólo es solicitado en el plano financiero), los asalariados participan de la financiación de la seguridad social (ya sea por la retención sobre el salario como en Francia o por el impuesto directo como en Inglaterra). A estos dos grandes pilares de la política de las transferencias sociales se pueden sumar las consecuencias del impuesto progresivo sobre el ingreso, que intenta restablecer el equilibrio en beneficio de las familias numerosas y de los ingresos más modestos.
Véase también: Cargas sociales; Salario.
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