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CRÉDITO
De credere, confiar, el término crédito se utiliza en el mundo de los negocios como sinónimo de préstamo o endeudamiento. Una operación crediticia consiste en la transferencia o cesión temporal del acreedor al deudor de un derecho de propiedad del primero sobre un determinado bien (generalmente dinero) para que el segundo disponga de él de la manera que más le convenga por un tiempo determinado, al término del cual habrá de devolvérselo al deudor junto con sus intereses, que reciben el nombre de descuento cuando son pagados por anticipado. El tipo de interés (expresado generalmente en tanto por ciento) es el precio de mercado para el intercambio intertemporal; lo que se le paga por cada 100 pesetas al propietario de una suma de dinero por posponer su consumo; la recompensa en el futuro por la abstinencia en el presente.
El mercado de crédito es esencialmente un mercado para el intercambio intertemporal. En lugar de intercambiar dos bienes distintos (uno de ellos es generalmente dinero) se intercambia el derecho a disponer de un mismo bien (generalmente dinero) en fechas distintas.
Acto de confianza que lleva aparejado el intercambio de dos prestaciones desfasadas en el tiempo: los bienes o medios de pago entregados, contra la promesa o esperanza de pago o reembolso. En contabilidad, parte de la derecha de una cuenta . Credit.
Cuando el tiempo interviene en un intercambio, se trata de una operación a plazo (las dos partes deciden, en el presente, llevar a cabo más adelante una transacción) o de una operación de crédito. En este caso, se produce un desfase entre la prestación y la contraprestación: un bien presente es intercambiado por un bien futuro. El prestador se conforma con la promesa que le hace el prestatario. Semejante sistema supone confianza y, según sea el grado de ésta, la entrega de garantías más o menos amplias dadas por el deudor a su acreedor. El riesgo corrido es objeto de una evaluación que determina la prima (el interés) pagada por el prestatario al prestador.
Este cambio puede efectuarse con bienes concretos, y el crédito puede existir en una economía basada en el trueque, pero su implantación la permitió la creación y el desarrollo de la moneda. La diversificación de las formas monetarias multiplica los puntos de encuentro entre prestadores y prestatarios.
El crédito puede servir tanto para facilitar una operación de producción como para permitir que el consumo alcance un nivel más alto. La garantía exigida por el prestador entraña otra distinción importante. Si el préstamo se basa en la capacidad del prestatario, se habla de crédito personal. Si la garantía se traduce en la enajenación provisional de un bien mueble o inmueble (hipoteca), el crédito será real. Si el tiempo que separa la prestación de la contraprestación es inferior a dos años, va de dos a siete años, o es superior a siete, el crédito es a corto, medio o largo plazo. La primera categoría comprende las operaciones de descuento, los descubiertos aceptados por los bancos y el crédito comercial. En la segunda se incluyen los equipos móviles de producción, en la tercera figura gran parte de los créditos a la construcción y las grandes inversiones industriales.
En síntesis, la gestión del crédito alcanzó un alto grado de perfección. Se ha convertido en el problema central de la actividad económica. El crédito se despersonaliza y se convierte en trasmisible mediante la creación de documentos llamados títulos de crédito (letras de cambio, bonos del Tesoro, obligaciones, etc.), libremente negociables en los mercados especializados. Los títulos de crédito a corto plazo son negociados en el mercado monetario; los títulos a largo plazo, en el mercado financiero (Bolsas de valores mobiliarios). La administración de estos documentos está a cargo de organismos especializados: los bancos.
Paralelamente a los bancos, se desarrollan instituciones especializadas, por lo general de carácter público o semipúblico. La actividad bancaria también tiene por objeto aplicar medidas muy estrictas de vigilancia por parte de los poderes públicos.
Ya sea en el mercado monetario o en el financiero, uno de los grandes problemas que el crédito plantea es el de los tipos de interés. El indicador básico lo compone el tipo de descuento fijado por el banco central, que en casi todos los países es un instrumento esencial de la política económica del gobierno. Para contener la inflación, se hace más difícil la inversión y el consumo restringiéndose el crédito o, dicho de otro modo, haciéndolo más caro.
Véase también: Autofinanciación; Inversión; Moneda.
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