Establecida por el Tratado de la Unión Europea, la UEM describe las tres etapas hacia la unión: la primera, eliminando las barreras internas al libre movimiento de capitales; la segunda estableció el IME y la prohibición de financiar los déficit presupuestarios; y la tercera, que desemboca en la transferencia de competencias monetarias al SEBC y la utilización del euro como moneda común.