Una teoría bien establecida que fue desarrollada por primera vez por David Ricardo en el siglo xix para explicar el comercio entre naciones. En resumen, la teoría mantiene que, suponiendo un tipo de cambio apropiado, ambas naciones se beneficiarán del comercio si cada una centra la producción en aquel producto en el que cuenta con una ventaja comparativa y luego intercambia una porción de su producción por una porción de la producción de la otra nación. Versiones refinadas de la teoría permiten costes de transacción. El concepto es igualmente aplicable para explicar el comercio más generalmente y para explicar las ventajas que se derivan para las partes contratantes de un swap. Cuando se aplica a swaps, la ventaja comparativa se llama frecuentemente ventaja relativa.