Por oposición al concepto de contrato completo, se califica de incompleto todo contrato que regula un compromiso imperfecto. Un contrato incompleto es un contrato en el que debido a la complejidad de la transacción o a la incertidumbre del contexto en que la misma se realiza, a los límites prácticos de la racionalidad humana para prever todas las eventualidades que pueden presentarse o debido incluso a la imprecisión del lenguaje natural en que el mismo está redactado, contiene zonas de sombra; un contrato que deja cabos sueltos o huecos (aspectos sin regular), al amparo de los cuales alguna de las partes puede aprovecharse de las circunstancias. El contrato de trabajo, en el que más que fijar las tareas a realizar