El esfuerzo por el gestor de una cartera para comprar valores que espera superen un determinado índice de referencia y para vender valores que espera queden por debajo de dicho índice de referencia a fin de generar un rendimiento para la cartera que supere al rendimiento del índice de referencia. Esto contrasta con la gestión pasiva de cartera Que se limita a tratar de equipararse al índice de referencia replicando el contenido del índice de referencia.