Ha sido creado como consecuencia de los acuerdos de La Haya del 20 de enero de 1930, por los representantes de los Gobiernos de Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Japón y Suiza. Sus objetivos son los de favorecer la cooperación de los Bancos Centrales, facilitar las operaciones financieras internacionales y actuar como mandatario o agente en las transacciones financieras internacionales que le son confiadas por las partes implicadas.